viernes, 3 de septiembre de 2010

El buscón de Quevedo

De nuevo seguimos las peripecias y aventuras de otro pícaro. Otra vez la primera persona, el personaje astuto y engañoso, las motivaciones aspiracionales, el realismo de clases, el acercamiento a lo material. Sin embargo, estas novelas picarescas se diferencian mucho entre si, desde la perspetiva hasta el lenguaje. Esta vez Quevedo nos muestra una obra llena de humor negro, de profundo significado social, de modismos y populismos, inclusive de frases de doble sentido y perspectiva casi perversa.

Pablos, nuestro pícaro, niega sus raíces (padre barbero y madre bruja) con un deseo agrio de subir en la escala social. Lo vemos con esta frase: “Yo soy otro, y otros son mis pensamientos, más alto pico y más autoridad me importa tener”. Este pícaro lucha por pasar de “Pablo” a “Don Pablos”. Fallidamente. El realismo nos golpea al ver que Pablo, con su prósito de ascender, sólo se lanza en picada. Va desde un criado, un pícaro, hasta un fraude y un violento delincuente. La amargura de las preocupaciones sociales se palpan y se respiran. ¿Qué mejor frase que la última para describir esto que la última para describir esto que digo? Éste es el final, agrio, moralizante, oscuro, resignado, crítico, de la novela: “Nunca mejora su estado quien sólo muda de lugar y no de vida y costumbres”.

La obra nos muestra un escenario bastante vívido de la época. Desfilan muchos personajes típicos, casi estáticos: caballeros, barberos, ladrones, hidalagos, clérigos, celestinas, aristócratas, criados, etc. Nuestro pícaro, con su humor nego, los observa, se ríe de ellos y, con la voz de Quevedo, los critica.

El buscón es sin duda una obra llena de significado. Contiene diversas formas retóricas, juegos de ingenio, risa, sátira, burla, profunda crítica y un contexto realista pero distorcionado hasta la ridiculez.

3 comentarios:

  1. Hiciste un excelente resumen, muy completo y preciso, de los análisis que hemos compartido. Pero me gustaría que comentaras algo más personal. No sé, te disparo preguntas, sólo por si te sirven de inspiración: ¿qué obras literarias latinoamericanas podrías relacionar con el Buscón? ¿qué opinas de El Buscón como texto novelístico? En el Lazarillo vimos que el mayor rapapolvo se lo llevaba la iglea. ¿Y en el Buscón? ¿cuál de las dos obras te hace reirte más? ¿Y sentirte triste? ¿Por qué?....

    Sergio

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  2. Sin duda el buscòn es una obra, como otras màs del gènero picaresco, que dispara la tristeza y la risa al mismo tiempo. Una de las caracterìsticas de la novela como gènero literario es su capacidad de provocar sentimeintos que perduran, a cuasa de la larga duraciòn de la prosa. El gènero picaresco refleja muchos de los elementos de la novela, sòlo por mencionar algunos, enlisto: gancho de atenciòn, acercamiento ìntimo a los personajes, trama entretejida, desenlace sorpresivo, prosa larga, voz y tono, en este caso agrio y divertido, y desenlace sorpresivo que incita a la reflexiòn.

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  3. Me gusta mucho este concepto de "humor negro" en el Buscón porque sí es verdad que todas las palabras tienen doble sentido y por lo general Quevedo usa este otro sentido para satirizar. Como mencionaste, Quevedo nos da un escenario lleno de personajes y estas dos cosas juntas le permite a Quevedo a criticar todos los niveles de la sociedad de la época. Lo que es maravilloso de Quevedo es que para criticar a la gente él no simplemente los pinta como corrupto, fraude, hipócrita, etc. sino que él puede pintarlos como ciudadanos ejemplares en los ojos de Pablos pero a los lectores nos da otro sentido por los ingenios. Aquí hay otra diferencia entre el Lazarillo y el Buscón porque en el Buscón hay interacción constante entre Quevedo y el lector a causa de todas las figuras retóricas pero en el Lazarillo no hay ninguna interacción entre el autor y el lector, aunque hay una interacción con el Lázaro que escribió la carta pero esta interacción es dentro de la trama mientras la interacción con Quevedo es más afuera.

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